TRABAJADOR CONECTADO: UNA VISIÓN DESDE LA PREVENCIÓN

La digitalización ha venido, de un modo definitivo, a transformar la forma en que el trabajador se enfrenta a sus funciones y por tanto a los riesgos asociados a su desempeño. La aparición de las nuevas tecnologías habilitadoras permite hacer más eficiente el trabajo, pero además ha traído consigo o, mejor dicho, ha intensificado ciertos riesgos que hasta ahora estaban en un segundo plano. Así, por ejemplo, los riesgos psicosociales o ergonómicos, asociados a esa dependencia de las nuevas tecnologías, cobran fuerza frente a otros que la propia tecnología ha dejado en un segundo plano.

¿Estamos adaptando el trabajo a la persona con la digitalización?

Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales está en la cúspide normativa y su vigencia es, si cabe, más manifiesta ante los nuevos retos tecnológicos. No hay que olvidar que dicha norma se despliega con premisas tan relacionadas con la materia que nos ocupa, como la obligatoriedad de adaptar el trabajo a la persona o la de tener en cuenta la evolución de la técnica. Las nuevas tecnologías, que han cambiado de modo radical los procesos, no pueden ser ajenas a estos principios.
No podemos olvidar que la prevención de riesgos laborales sitúa al trabajador en el centro, subordinando cualquier otro aspecto laboral a este. La hiperconectividad y por ende la deslocalización de muchas actividades, se corresponde con una tendencia a estar permanentemente en el hilo del trabajo, tendencia no impuesta de modo deliberado por el empresario sino por la propia tecnología digital. El derecho a la desconexión empieza a estar en el ideario de muchas empresas. Las nuevas tecnologías digitales son por tanto una fuente de riesgo, pero también una oportunidad.

¿Cómo se materializarán estos avances?

El trabajador del futuro, o mejor dicho del presente, es el de un trabajador conectado. La vigilancia de la salud a través de tecnologías digitales es una realidad desde hace años. Quedan, como es habitual en los desarrollos tecnológicos, no pocos escollos relacionados con algunos aspectos de la Ley de Protección de Datos y la confidencialidad de la información médica del trabajador, pero el fin buscado hará que más temprano que tarde dichas restricciones se resuelvan. La monitorización permanente del trabajador y del puesto de trabajo y la correlación en tiempo real de su actividad con sus parámetros de salud van a permitir un entorno de trabajo mucho más seguro y saludable, resolviendo la identificación, planificación y eliminación de los riesgos en concordancia con el espíritu de la ley.
Uno de los aspectos más importantes del despliegue de la prevención es la coordinación de actividades empresariales. La coordinación de actividades empresariales (CAE) se desarrolla a través del artículo 3 del Real Decreto 171/2004, de 30 de enero. Esta coordinación es un instrumento preventivo obligatorio y a la vez necesaria para ejercitar la prevención cuando concurren actores y actividades diferenciadas. La coordinación de actividades Empresariales, CAE, es sin embargo un instrumento que muchas veces es difícil de encajar en la actividad productiva, especialmente en entornos muy cambiantes, y por ello induce un esfuerzo muy notable en la planificación del trabajo y en la labor preventiva. La CAE digital, entendida como un instrumento que integra todas las capacidades digitales al servicio de la prevención, permitirá resolver esa dificultad de adaptación del trabajo al trabajador. Lo hará gracias a la tecnología que permitirá a su vez replanificar en tiempo real el trabajo al coordinar de modo ágil la planificación del trabajo, la evaluación de riesgos, el control de aforos o la medición y control de condiciones ambientales. Son muchos los aplicativos disponibles en el mercado que ya abordan estas funciones. Un ejemplo lo podemos encontrar en el software de prevención SmartOSH.

La tecnología actuará como barrera en la gestión de riesgos. De un modo práctico, la evaluación de riesgos, las operaciones y su planificación, los parámetros preventivos de cada trabajador, las máquinas y los medios para ejecutar la prevención se integran a través de una misma plataforma de gestión. De este modo los propios sistemas de información y gestión actuarán prescriptivamente habilitando al trabajador de modo automático solo cuando este cumpla con los requisitos de formación, información y salud exigibles. Las máquinas, conectadas e integradas en todo el sistema de gestión, solo serán utilizables bajo ciertas premisas. El acceso a espacios confinados, en constante monitorización, se gestionarán acorde a las condiciones y necesidades operacionales, facilitando al trabajador un entorno intrínsecamente seguro o inhabilitándolas para el trabajo cuando proceda.

 

Los viejos y los nuevos riesgos

Como hemos adelantado, cobran fuerza los riesgos relacionados con la ergonomía, el estrés, la fatiga psíquica o la visual. La detección de cansancio ya es una realidad y su integración con el puesto de trabajo permitirá ajustar la carga de trabajo e incluso desconectar al trabajador para dosificar su esfuerzo y forzar el descanso. El control digital de aforos es también otra realidad, permitiendo un reajuste en tiempo real de la carga y aplicación de recursos en entornos muy cambiantes. Su combinación con la sensorización de os espacios y con la monitorización de los trabajadores está facilitando la organización del trabajo, ajustando en cada momento las necesidades del trabajado y la prevención. El EPI inteligente, materializado en el casco o la pulsera inteligente permite al trabajador disponer de toda la información productiva y preventiva en su alcance visual y en tiempo real. Esos EPIs, además, monitorizarán en tiempo real el estado del trabajador y permitirán anticipar situaciones de riesgo. Podemos encontrar un ejemplo en el WakeCap desarrollado por Autodesk Technology Center de San Francisco.
No hay que dejar de lado los riesgos asociados a los nuevos materiales, su manipulación y su transformación. La fabricación aditiva, los sistemas de impresión 3d o la tecnología láser son fuentes de riesgo incipientes. La automatización de los procesos, la sensorización y el control ambiental, la trazabilidad de activos y documentos o la digitalización de la formación están ya disponibles para acotar esos riesgos.

Gemelo digital y realidad aumentada

Podríamos pensar que dejar en manos de la tecnología muchas de las tareas preventivas que hasta ahora estaban encomendadas a las personas puede traer consigo una relajación y pérdida de atención. La afirmación es cierta pero también es cierto que una aplicación inteligente de la tecnología digital puede servir para activar la atención del trabajador. Así, la inteligencia artificial, la realidad aumentada o el gemelo digital se apuntan a ese reto. Unas para predecir esas rutinas y las situaciones de riesgo e incluso proponer medidas mitigadoras, otras para aumentar el nivel de información en el puesto de trabajo y otras para capacitar de un modo más efectivo al trabajador. Gartner predice que el 50% de las grandes empresas utilizarán gemelos digitales de sus organizaciones en combinación con plataformas de negocio digitales para 2023. El término ORM (operational risk management) Digital Twin emerge de modo incipiente. Según Verdantix, sin duda, los gemelos digitales mejorarán las prácticas de gestión de riesgos operativos. La pregunta que surge ahora es qué tan rápido los propietarios de activos industriales harán que esto suceda.

Ubaldo Dégano
Miembro Grupo Industria Conectada 4.0 en ISA Sección Española
Fuentes

Un casco inteligente evita que los obreros se duerman y detecta el COVID-19

Digital Twins: The Next Big Thing in Operational Risk Management


https://medium.com/swlh/how-digital-twins-ar-improve-safety-and-minimize-inventory-shrinkage-for-shopping-centers-24a581fdc1ac
https://prevencontrol.com/prevenblog/buenas-practicas-preventivas-la-digitalizacion-de-la-coordinacion-de-actividades-empresariales-alternativa/

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